El desafío de aprender: Educación para adultos. (Ciencias Sociales)
miércoles, 14 de noviembre de 2012
martes, 13 de noviembre de 2012
lunes, 5 de noviembre de 2012
viernes, 2 de noviembre de 2012
La Historia de un día
Una vez, a
medianoche, los hombres y mujeres tuvieron el mundo a su disposición. Durante mucho tiempo, habida
cuenta de lo que sabemos, permanecieron muy tranquilos; durante la mañana y la tarde de ese día, se limitaron a vagabundear
en pequeños grupos, a cazar animales con puntas y flechas, a refugiarse en
cavernas y vestirse con pieles. Hacia las seis
de la tarde empezaron a aprender algo sobre semillas y agricultura; hacia las siete y media de la tarde se habían
establecido en grandes ciudades, en Egipto, Mesopotamia, la India, etc.
Después llegó Moisés,
a las nueve menos cuarto. Tras él
vinieron Buda, en la India; Sócrates, en Grecia,
y Confucio en China, que se fueron todos juntos, aunque sin llegar a conocerse, hacia las diez y diez. En torno a las diez y media apareció Cristo, algo
después de la Gran Muralla
china y de Julio César. Veinte para las
once cae el poderoso Imperio romano de occidente y
se comienzan a formar los reinos cristiano germánicos. A las once fue el momento de Mahoma.
Hacia las once y media surgieron las primeras
grandes ciudades en Europa del Norte y el comercio se
reactiva en el mar Mediterráneo. A partir de un cuarto para las doce aparecen los Estados modernos en Europa, de
los cuales salieron hombres y mujeres a explorar y explotar el resto del mundo. Primero expoliaron
América del Norte y del Sur, luego la India y, finalmente, África. Cuatro minutos antes de la medianoche en Francia estalla una revolución que acaba con
la monarquía y en Inglaterra se inventaba una máquina de vapor. Los países
europeos se industrializaron. La
riqueza y el poder atrajo disputas entre ellos, dos minutos antes de medianoche se
desencadenó una gran guerra, a la que siguió otra semejante sólo cincuenta segundos después.
En el último minuto
del día esos hombres del Norte de Europa fueron expulsados de la
India, de África y de muchos otros países, pero no de Norteamérica, donde se habían
instalado en forma estable. En este último minuto, además inventaron armas
nucleares, desembarcaron en la Luna, doblaron la población mundial y
consumieron más petróleo y
metales de los que habían utilizado en las precedentes veintitrés horas y cincuenta y nueve
minutos. Volvía a ser medianoche, el inicio de un nuevo día.
Fte: Richardson, R: Learning for Change in
World Society. Oxford Press. 1995.
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